Consejos para cuidar su toldo en otoño e invierno
En esta época del año, hay que extremar las precauciones y cuidados para nuestros toldos. La lluvia y el viento son protagonistas y pueden estropear la estructura, el tejido y los automatismos, pero teniendo unas mínimas precauciones, conseguiremos protegerlos y alargar su vida, a la vez.
El viento es uno de sus mayores enemigos, por ello recomendamos cerrarlos siempre que sea posible, o, si queremos despreocuparnos, automatizarlo y añadirle un sensor de viento o lluvia.
Debemos incidir en el hecho de que los toldos son elementos creados para la protección solar, no son para la lluvia. Nos encontramos a diario con clientes que piensan que un toldo sirve para todo y no así.
Un toldo puede estar abierto durante un día de lluvia sin ningún problema, si estamos debajo no nos mojaremos, pero si fuera muy intensa y acompañada de fuerte viento, debemos recordar cuál es su función real, protegernos del sol. Si lo mantenemos abierto en esas condiciones, nos arriesgamos a que se estropee.
En otoño los árboles caducos se renuevan y caen las hojas antiguas para dejar paso a las nuevas, éstas pueden caer encima de nuestro toldo y provoca suciedad y bacterias.
Las ramas también tienden a caerse de los árboles, en gran parte a causa del viento y la lluvia. Hay que ir con cuidado porque pueden rajar las lonas de nuestro toldo o incluso a doblar los herrajes.
La lluvia en es cuando más abunda y es importante tenerlo recogido,cuando esto ocurra para que no se formen charcos en la tela y no se deformen ni la lona ni la estructura.
Algunas recomendaciones para alargar la vida de nuestro toldo.
En días de lluvia hay recogerlo porque el peso del agua que se acumula y la humedad, no son buenos para la lona de los toldos.
Si se ha mojado lo mejor es intentar quitar el agua acumulada y dejar que se seque porque si el toldo se recoge en húmedo, es muy probable que quede manchado y con moho u óxido.